Los nutrientes que adquirimos a través de la alimentación actúan sobre la capacidad intelectual. Por eso, es importante seleccionar e incluir en nuestra alimentación aquellos alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, vitaminas, minerales y aminoácidos necesarios para pensar mejor.
Generalmente, consideramos a la grasa como el mayor enemigo de vivir saludablemente, y sin embargo algunos tipos de grasas pueden incidir en forma positiva en nuestra memoria. Los ácidos grasos no saturados -poli y monoinsaturados- pueden ayudar a activar las enzimas que trabajan con las células nerviosas implicadas en la memoria.
Anteriormente había sido demostrado que las dietas con mucho colesterol -grasa saturada-, aumentan la presencia de proteínas precursoras amiloideas, presentes en el tejido cerebral de pacientes con Alzheimer. La clave entonces estaría en consumir grasas sanas y evitar aquellas saturadas, que además ayuda a proteger contra enfermedades cardíacas.
Las principales causas de pérdida de memoria
- Edad avanzada. Al igual que en todos los órganos, el cerebro sufre las consecuencias del transcurso del tiempo y surgen cambios que influyen de forma decisiva en la funciones del mismo.
- Enfermedad cerebro-vascular. El cerebro necesita un buen riego sanguíneo, que entre otras cosas le aporta oxígeno, para mantener su actividad y capacidad. Los pacientes con este tipo de alteraciones pierden capacidad de concentración y memoria.
- La alteración de las hormonas tiroideas está asociada a una pérdida progresiva de las funciones intelectuales superiores.
- Existen agentes infecciosos del sistema nervioso que pueden dañar, de forma irreversible sus capacidades.
- Consumo de drogas y alcohol. El uso prolongado de estas sustancias, están directamente relacionadas con la pérdida lenta y progresiva de la memoria y dificultad en la concentración.
Se pueden dar diferentes grados de pérdida de memoria, pudiendo aparecer pérdidas selectivas de la memoria reciente o de la memoria remota. Cuando una persona no puede recordar lo que sucedió el día anterior o unas horas antes se habla de un episodio de amnesia, que es una pérdida de memoria inmediata y suele ser un hecho transitorio y temporal. Un ejemplo frecuente es la amnesia que se da en los casos de accidentes de tránsito, frente a un fuerte shock.
Hay casos en los que el individuo comienza a sufrir una pérdida de memoria de situaciones recientes y, sin embargo, es capaz de recordar hechos acaecidos hace muchos años. Esta pérdida de memoria actual y el recuerdo de hechos lejanos en el tiempo es muy frecuente en las personas de avanzada edad.
Pautas alimenticias sugeridas para reforzar la memoria
- Consuma pescados azules, ricos en ácidos grasos esenciales de la serie omega-3. Estos ácidos grasos forman parte de las membranas de las neuronas. Existen diversos estudios que concluyen que existe una relación directa entre el buen estado de nuestra capacidad mental y elevados niveles sanguíneos de este tipo de grasas
- El aceite de oliva virgen y el ajo crudo ayudan también a evitar los fallos de memoria.
- Tome habitualmente lecitina de soja. Se trata de un fosfolípido integrante de las membranas de las neuronas.
- Siga una dieta variada y rica en alimentos que contengan vitaminas del grupo B como cereales integrales, legumbres y frutos secos. Estas vitaminas son fundamentales para las funciones cerebrales. Los suplementos, también pueden ayudar a mejorar nuestras funciones mentales.
- Reduzca o evite el tabaco, alcohol y las bebidas estimulantes.
- Evite el consumo excesivo de azúcar blanco y de aditivos como los colorantes ya que afectan al sistema nervioso y pueden alterar el comportamiento. Su uso desmedido, está relacionado en el caso de los niños, con la hiperactividad.
- Evite las hipoglucemias. Para ello deberá hacer cinco comidas diarias en horarios regulares y nunca comenzar las actividades diarias, sin haber desayunado.
- Duerma el tiempo suficiente. Recuerde que las horas de sueño perdidas no son recuperables.
- Practique ejercicio o deportes, acordes a su edad y estado físico.
- Evite el consumo de comida chatarra
- Siga una dieta rica en antioxidantes. Los más importantes son betacaroteno (provitamina A) y vitaminas B3, B6, B8, B12, C y E así como la Glutation Peroxidasa; lista a la que hay que añadir minerales como el cromo, el zinc y el selenio, el calcio y el magnesio.
- En cuanto a productos vegetales con acción antioxidante, encontramos ajo, alga spirulina, soja, germen de trigo, té, el vino tinto, pescado, algunas verduras (brécol, col, zanahoria, cebolla, espinaca y tomate) y ciertas frutas (uva, cítricos -naranja, limón y pomelo-, ciruela, fresa, frambuesa, grosella y arándano)
Alimentos aptos
Avena: además de contener avenina -un alcaloide relajante- posee vitamina B1 cuya carencia produce irritabilidad. Es una excelente sustancia para combatir la fatiga intelectual.
Almendra: es un fruto con una proporción de minerales adecuada para el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
Nuez o Aceite de Nuez: es muy eficaz para mejorar el rendimiento intelectual debido a su alto contenido en fósforo.
Germen de trigo: por su contenido en vitaminas del grupo B es un alimento indispensable para la memoria.
Alimentos perjudiciales
Azúcares blancos: producen excesiva hiperactividad y nerviosismo.
Grasa saturada: estas grasas y los ácidos grasos «trans» son responsables de muchas alteraciones en la salud vascular cerebral.
Alcohol: produce un grave deterioro del sistema nervioso, pérdida de concentración e inestabilidad emocional. Rompe las conexiones neuronales al igual que la anestesia química.
Proteínas: una ingesta excesiva de proteínas -especialmente de carne roja y queso curado- reduce la producción de triptófano y serotonina lo que ocasiona un elevado grado de excitación en el sistema nervioso.
Complementos recomendados
Fosfatidilserina: es uno de los nutrientes cerebrales más efectivos. Su función es maximizar la transmisión nerviosa entre las células cerebrales. Tiene el papel de detergente biológico, en el cerebro, proporcionando flexibilidad a las membranas celulares y a las neuronas. También puede incrementar el número de receptores en las células cerebrales proporcionando más puntos de acoplamiento y circuitos para la comunicación neurológica.
Complejo vitamínico B: Es un nutriente indispensable para el sistema nervioso, la deficiencia de este complejo está asociada con la ansiedad y trastornos nerviosos, lo que disminuye la concentración y la memoria. Además, la deficiencia de B12 está asociada con la pérdida de memoria.
La dosis alta de Vitamina B1 puede permitir a personas con discapacidad mental concentrarse más y hacer mejor uso de sus capacidades mentales.
Acetil L-Carnitina: proporciona agilidad mental, mejora el estado de ánimo, retarda el envejecimiento de las células cerebrales, favorece el flujo sanguíneo del cerebro y aumenta el metabolismo en los centros nerviosos.
Fosfatidilcolina: es un protector específico del sistema nervioso y también la principal fuente de colina (formadora de acetilcolina, uno de los neurotransmisores más importantes).
L-Glutamina: es utilizada por el cerebro como fuente de energía. Establece el equilibrio de la excitación y se encuentra presente como elemento fundamental en varios neurotransmisores.
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