Hambre oculta: La calidad de lo que comemos

Hambre oculta: La calidad de lo que comemos

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Actualmente la deficiencia del Zinc afecta alrededor del 30% de la población mundial.

¿Qué impacto tienen los alimentos producidos pobres en micronutrientes sobre nuestra salud?

El Zinc es el micronutriente que más se ha deteriorado en los últimos años en los suelos del mundo. Esto afecta directamente a los alimentos que comemos.
“El Zinc es el cuarto nutriente deficitario de los suelos, provocando un grave problema nutricional”, indica el Dr. Ismail Cakmak, Profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Naturales de la Universidad de Sabanci (Turquía)

Nuevo concepto: Seguridad Nutricional

Hace años que se habla de la “Seguridad Alimentaria”, pero hoy debemos introducir otro nuevo concepto: la “Seguridad Nutricional”
El hambre oculta es un problema a nivel mundial, que no tiene que ver solamente con la cantidad de comida disponible y los habitantes del mundo, sino con la calidad de la misma y las deficiencias ocultas de algunos nutrientes -como el Zinc en los alimentos-”, señala el Dr. Cakmak.

También agrega el especialista: “Las estadísticas de la FAO indican que hay más de 2.000 millones de personas que sufren de hambre oculta, y que carecen de minerales como zinc o iodo. También proteínas, que deberían estar incorporándose con las comidas”.
Por otro lado, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en 2015 fallecieron 5.9 millones de niños en el mundo y el 45 % de esas muertes están vinculadas a una mala nutrición.

El Zinc en la Argentina

Hace unos años nos encontrábamos que en el 40% de los casos investigados había deficiencia de zinc, pero hoy ya superamos el 80%, y debemos entender que la faltante de un micronutrientes, no significa una microrespuesta del cultivo” explica Martín Díaz Zorita, Coordinador del Comité Técnico de Fertilizar.
Los investigadores de Argentina mostraron sus diagnósticos de oferta de Zinc en los suelos en diferentes regiones: zona núcleo, oeste pampeano y Entre Ríos.

¿Alguien piensa en el valor nutricional de lo que producimos?

No, porque la mayoría está pensando en cómo aumentar el rendimiento productivo.
Debemos tener en cuenta que sino reponemos los nutrientes al suelo cada día vamos a tener productos más pobres. Desde el punto de vista de los cultivos, el maíz y el arroz son los más sensibles a la falta de Zinc.

Una fertilización balanceada con Zinc marca diferencias sustanciales, tanto en los rindes obtenidos como en la calidad del grano, frente a aquellos cultivos a los que solo se les suministró NPK o NPKS. “El gran problema que tiene la falta de Zinc es que no se ve. La planta no expresa su deficiencia en forma física o morfológica, entonces el productor no cree necesario hacer algo. Pero ese error nos puede costar muy caro”, indicó el experto.

Para verificar las deficiencias, se recomienda realizar un análisis de suelos combinado con uno foliar, y fertilizar en etapas tempranas. Ya que los cultivos absorben mayores concentraciones de Zinc al comienzo del ciclo productivo.

Resumen
El desafío mundial no debería focalizarse solamente en producir más alimentos sino en generar alimentos más nutritivos. Debería haber una vinculación entre la agricultura y la salud de las personas. En este sentido, el doctor destaco la frase: “la salud viene del campo, no de la farmacia”.

Fuentes bibliográficas:
– Facultad de Ingeniería y Ciencias Naturales de la Universidad de Sabanci (Turquía)
– Fertilizar. Asociación civil. Argentina
– AEFA – Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes
– American Society for Nutrition: Zinc Deficiency: A Special Challenge (2007), K. Michael Hambidge y Nancy F. Krebs.

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