¿Es verdad que dormir poco nos engorda?

¿Es verdad que dormir poco nos engorda?

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Si duermes solamente hasta cuatro horas por día tienes un 73% de probabilidades más de padecer sobrepeso. Foto: RelaxingMusic

Un estudio realizado por la Universidad de Columbia reveló que dormir poco afecta las hormonas que regulan la sensación de saciedad y el apetito, provocando un incremento en el deseo de comer alimentos ricos en hidratos de carbono y calorías, lo cual puede desembocar en la obesidad.

Los humanos queman menos calorías cuando duermen, de manera que puede sonar contradictorio que más sueño evita el aumento de peso. Sin embargo, se descubrió que las personas que duermen cuatro horas o menos son hasta un 73% más propensa a la obesidad, tal vez debido a los efectos de las hormonas del apetito.

El estudio realizado en la Universidad de Columbia fue presentado durante la reunión anual de la Asociación Americana para el Estudio de la Obesidad en Las Vegas.

Dormir poco no nos adelgaza

El estudio analizó los datos de 18.000 personas entre los 32 y 59 años de edad que participaron en una investigación a nivel nacional llevada a cabo en los años 80. Se encontró que, aún después de considerar factores como la depresión, la actividad física, consumo de alcohol, raza, nivel de educación, edad y género, las personas eran más propensas a engordar entre menos dormían.

El Dr. James Gangwisch, que dirigió la investigación, admitió que los resultados pueden aparentar ser contradictorios si se estima que las personas que duermen menos están quemando más calorías. Pero tiene que ver más con lo que le pasa al cuerpo humano cuando se le priva de sueño que con la cantidad de actividad a la que se le somete.

Un problema de nuestros antepasados

Aparentemente, la falta de sueño está relacionada con la reducción en los niveles de la hormona leptina, que regula el apetito y el peso, y le informa al cerebro cuánta energía queda disponible en el cuerpo. El Dr. Gangwisch sugiere que la razón de esto podría encontrarse en nuestros antepasados prehistóricos. «El sistema de regulación metabólica pudo haberse desarrollado para motivar a los humanos a almacenar grasa durante el verano cuando las noches son cortas y la comida es abundante, para así preparar el cuerpo para resistir los meses parcos de invierno». Como resultado, entonces, el dormir menos envía un impulso al cuerpo para que empiece a comer más y almacene grasa.

La clave: modificar el hábito

La leptina le dice al cerebro que al cuerpo no le hace falta más comida. La grelina es la hormona que nos provoca la sensación de hambre. Pues bien, en la investigación realizada, 12 varones voluntarios sanos entre 20 y 25 años que durmieron sólo cuatro horas por noche durante dos días  fueron concluyente. Experimentaron un descenso del 18% en la leptina y un aumento del 28% en los niveles de grelina.

Es decir, con la carencia de sueño, las hormonas le dan señales inequívocas al cerebro que favorecen comer mucho más. Los voluntarios de este experimento, tras dormir las citadas cuatro horas por noche durante dos días, experimentaron un incremento del 24% en su apetito y un aumento del deseo de dulces como caramelos y galletas; comidas saladas como patatas fritas y frutos secos, y alimentos harinosos, como pan y pasta. No así el de fruta, verduras o productos lácteos.

En los últimos 40 años, las sociedades avanzadas han reducido su tiempo medio de sueño; paralelamente en este país el número de obesos se ha incrementado de forma alarmante (de sólo uno de cada cuatro adultos con sobrepeso y uno de cada nueve, obesos hace cuarenta años, se ha pasado en la actualidad a dos de cada tres adultos con sobrepeso y casi uno de cada tres, obesos).

Este especialista también detecto que la falta de sueño también influye en el aumento de hipertensión y depresión. La importancia del descanso es otro hábito saludable a no desestimar.

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