La cerveza sin alcohol, ¿controla el peso?

La cerveza sin alcohol, ¿controla el peso?

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Las cervezas sin alcohol tienen casi la mitad de calorías que las cervezas regulares, siendo una buena opción si estas controlando tu peso. Foto: Simón Cocks

Las cervezas sin alcohol aportan menor valor calórico debido a la eliminación o reducción de este elemento. Una botella de 250 ml. tiene unas 70 calorías, frente a las 115 calorías de las convencionales.

La cerveza no contiene grasas y aporta vitaminas, minerales y otras sustancias con propiedades funcionales, por lo que consumida con moderación puede incluirse en cualquier dieta equilibrada.

Cuáles son sus componentes

Al igual que le cerveza convencional, a excepción del alcohol, contiene más de 2000 componentes, vitaminas, minerales y compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes y antiagregantes plaquetarios, que ejercen una función positiva en diversas patologías tales como las cardiovasculares, la hipertensión, el cáncer, ciertos trastornos neurológicos y frente al propio proceso de envejecimiento.

De todas formas, cabe aclarar que el contenido en vitaminas no es tan elevado como en otras sustancias. Se destaca con mayor intensidad el aporte de ácido fólico -importante para el desarrollo de los glóbulos rojos-, y cantidades menores de otras vitaminas del complejo B.

Debido a su alto contenido de agua favorece la hidratación. Por otro lado, el ácido fólico que contiene es de fácil absorción: una botella cubre el 10% de las necesidades de este elemento.

Este tipo de bebida se elabora partiendo de una cerveza normal o mediante un proceso específico.
Es en su mayoría agua -95%-, con un escaso contenido en hidratos de carbono -4%- y cantidades muy menores de grasas y proteínas. Sin embargo, es importante el aporte de minerales como el potasio o el cromo. Por el contrario, la cantidad de sodio es pequeña. El sodio puede ser responsable de una mayor retención de líquidos por el organismo, preocupante en casos de hipertensión en los que se recomienda que la ingesta de este mineral sea muy baja. Se admite un consumo moderado de cerveza sin alcohol, ya que un botellín diario de esta bebida aporta 10 mg de calcio y de potasio y es hiposódica.

¿Realmente no poseen alcohol?

Para que una cerveza pueda denominarse “sin alcohol”, su grado alcohólico debe ser inferior al 1%. Esto supone que las cervezas sin alcohol pueden legalmente contener algo de este elemento.

Para conseguirlo, la legislación permite prácticas tales como la adición de agua potable a una cerveza normal -dentro de la fábrica- para rebajar el grado de alcohol, interrumpir la fermentación para reducir la cantidades de azúcares convertidas en alcohol, o utilizar levaduras especiales de fermentación más larga en la que sólo se transforman en alcohol una parte de los azúcares.

¿Qué elementos contienen?

La cerveza no es un alimento rico en proteínas. Aquellas que contiene generalmente proceden de la malta utilizada.
En cuanto a la acidez total, expresada en porcentaje de ácido láctico, no debe ser mayor que 0,3%.

Los sulfitos son un aditivo que puede usarse como antioxidante en las cervezas, hasta un máximo de 20 miligramos por litro. Estos compuestos también pueden encontrarse en la cerveza de forma natural, ya que pueden surgir durante la fermentación.

La norma general de aditivos considera las concentraciones de menos de 10 mg/l. de sulfitos como no presentes y permite que no se declaren en la etiqueta. Sin embargo, la legislación para cervezas establece que cuando el contenido de alcohol sea inferior a un 1,2% se señalarán todos los ingredientes, entre los que se encuentran los aditivos.

Importante: En las cervezas embotelladas deben indicarse la denominación, contenido, lista de ingredientes, fechas de consumo, nombre y dirección del fabricante, y número de lote. Todas las muestras deben cumplir con la norma.

Cómo se produce la cerveza

  1. El primer paso para la elaboración de cerveza es la preparación de la malta, para lo cual se pone a remojo la cebada y se hace germinar de forma que se transforme en malta.
  2. La malta se deshidrata y se tuesta para detener la germinación obteniendo así la malta tostada. Se forman entonces las materias colorantes y parte del aroma.
  3. A continuación ésta se muele, se mezcla con agua y otros aditivos y coadyuvantes permitidos, y se somete a maceración donde se produce la transformación del almidón en azúcares. Se obtiene así el mosto de malta. Este mosto se filtra y el líquido obtenido se cuece con el lúpulo -también se puede añadir en etapas posteriores- para la extracción de los principios activos y aromáticos del lúpulo que es el encargado del sabor amargo y de la espuma de la cerveza.
  4. La mezcla se filtra de nuevo y una vez fría se somete a un proceso de fermentación mediante la adición de levadura seleccionada del género sacharomyces. En este proceso se genera el alcohol de la cerveza por la transformación de los azúcares en alcohol.
  5. La cerveza obtenida después de la fermentación es sometida a un proceso de maduración en bodega. Antes de su envasado se clarifica de nuevo y pasteuriza para eliminar toda clase de gérmenes.

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