Potencia tu inteligencia: 10 consejos de alimentación

Potencia tu inteligencia: 10 consejos de alimentación

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Una alimentación que combine correctamente todos los nutrientes necesarios ayudará a que las neuronas funcionen mejor. / Foto: PublicDomainPictures

Una alimentación balanceada es elemental para mantener la concentración, mejorar la memoria, y potenciar la inteligencia. Aminoácidos, proteínas y ácidos grasos esenciales son componentes fundamentales que deben estar presentes en la dieta para potenciar el cerebro.

Entendidos en medicina nutricional afirman que una alimentación equilibrada puede realizar verdaderos milagros: desde reforzar la memoria y colaborar con la estabilidad emocional, hasta incluso incrementar la inteligencia.

Esta afirmación tiene su base científica: las neuronas necesitan nutrientes. Y una alimentación que combine correctamente todos los nutrientes necesarios ayudará a que las neuronas funcionen mejor, con incluso mejores resultados que cualquier fármaco y sin ninguno de sus efectos secundarios.

Patrick Holford, fundador del Instituto para la Nutrición Óptima de Estados Unidos y autor de “Nutrición óptima para la mente”, señala que la manera en que cada uno piensa, cómo se siente, está directamente relacionado con lo que come. Según Holford, la mayoría de las aflicciones emocionales y psicológicas pueden resolverse si se acompaña el tratamiento psicológico con una correcta nutrición.

Puntos clave para una buena nutrición de la mente

  • Hidratos de carbono y la glucosa. El cuerpo transforma los hidratos de carbono complejos en glucosa para poder obtener energía, que se libera de forma constante y paulatina. Por ello, los hidratos de carbono complejos son fuente de energía para el cerebro y el sistema nervioso.
    Cuando se ingiere un alimento con una cantidad prácticamente nula de proteínas y rico en carbohidratos de alto índice glucémico -dulces, patatas, pan- se produce una baja en la glucosa, que a su vez causa aletargamiento, y al mismo tiempo se libera triptófano al cerebro, lo que causa un incremento en el nivel de serotonina, favoreciendo aún más el agotamiento y la somnolencia.
  • Grasa para el cerebro. El cerebro tiene un 60% de grasas, incluyendo ácidos grasos esenciales como el Omega 3 y el Omega 6, esenciales para prevenir el Alzheimer y problemas de depresión y para desarrollar la inteligencia. El exceso de grasas saturadas y colesterol resultan nocivos no sólo para las arterias y el corazón, sino también para el cerebro.
    Por otro lado, los alimentos ricos en grasas saturadas requieren un mayor esfuerzo por parte del organismo para ser digeridos. Para poder hacer frente a la digestión, se envía una mayor cantidad de sangre de lo normal hacia la zona abdominal, que a su vez se traduce como menor irrigación sanguínea en el cerebro y un menor rendimiento intelectual.
  • La molécula de la memoria. Los fosfolípidos son grasas que participan en la formación de mielina, que recubre los nervios y favorece la transmisión de señales. Ayudan a optimizar la memoria y el rendimiento intelectual, además de proteger contra el deterioro de la edad y el Alzheimer.
  • Aminoácidos, mensajeros cerebrales. Ayudan a mejorar la capacidad de comunicación del cerebro, y sin ellos los neurotransmisores no podrían comunicarse entre sí. Una carencia de aminoácidos puede causar depresión, estrés, falta de memoria y de concentración.

Alimentación inteligente

Para garantizar el aporte de todos los nutrientes necesarios para el cerebro, Holford ha establecido una serie de 10 reglas a aplicar en la dieta cotidiana.

  1. Alimentos integrales. Incluye tanto los cereales integrales como las legumbres, semillas, y frutos secos -en particular las nueces-, evitando los cereales y alimentos refinados
  2. Suma frutas y verduras. Se recomienda por lo menos 5 raciones de frutas y verduras por día, priorizando las verduras de hoja o raíz tales -berro, zanahorias, boniato, brécol, coles de Bruselas, espinacas, judías verdes o pimientos.
  3. Cereales completos. Es importante incluir arroz, mijo, centeno, avena y quinoa en la dieta diaria, en granos, pan, galletas o pastas integrales.
  4. Controla el consumo de azúcar. Se recomienda evitar el azúcar, y controlar los alimentos que contienen azúcar añadida.
  5. Combina proteínas con hidratos de carbono. Cereales con fruta, frutas troceadas con nueces o semillas, arroz, pan y pastas con pescado o legumbres.
  6. Suma pescado a tu dieta. Arenque, caballa, atún, salmón; son una excelente fuente de ácidos grasos esenciales Omega 3, muy beneficiosos para el cerebro, además de aportar proteínas.
  7. Huevos. A pesar de su mala fama, los huevos son ricos Omega 3. Controlando la ración y su cocción, consumir huevos frescos, preferentemente de granja y orgánicos, es muy recomendable.
  8. Semillas. Puedes moler semillas de lino, cáñamo, calabaza, girasol y sésamo, y esparcirlas sobre cereales, sopas, y ensaladas.
  9. Aceites vegetales. Aceite de oliva y los de semillas, siempre procurando que sean prensados en frío.
  10. Limita frituras, productos procesados y grasas saturadas. Ya se ha hablado hasta el hartazgo de lo perjudicial que resultan este tipo de alimentos para la salud, lo que incluye la capacidad intelectual y la inteligencia.

 

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