Reforzando la salud con tomate, fuente de licopenos

Reforzando la salud con tomate, fuente de licopenos

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Los tomates contienen licopeno, un carotenoide que les aporta su color rojo característico.
Foto: Frank Black Noir

Perteneciente a la misma familia que el pimiento, la berenjena y la patata, el tomate es el alimento con mayor contenido de licopenos, pigmento altamente antioxidante y anti-cáncer. Aconsejado para personas con problemas cardiovasculares o hipertensas, no se recomienda su consumo para quienes padezcan de problemas gastrointestinales.

El tomate es un alimento poco energético, aportando sólo aporta 11 calorías. Aproximadamente el 95% de su peso es agua, cerca de un 4% son hidratos de carbono.

Se le considera una fruta-hortaliza ya que contiene mayor cantidad de azúcares simples que otras verduras, lo que le confiere un ligero sabor dulce. También es fuente importante de ciertas sales minerales, calcio, hierro, potasio y magnesio. De su contenido en vitaminas destacan la B1, B2, B5, vitamina C, A y carotenoides como el licopeno, pigmento que da el color rojo característico al tomate. Estas dos últimas sustancias tienen carácter antioxidante con función protectora de nuestro organismo.

Ventajas e inconvenientes de consumir tomate

Durante muchos años ha desaconsejado el consumo de tomate a quienes padecen cálculos renales debido a su contenido en ácido oxálico. Esta sustancia, junto con el calcio, forma sales insolubles –oxalato cálcico-, las cuales precipitan en forma de cálculos o piedras. Sin embargo, su contenido en ácido oxálico es moderado -5,3 mg/100 g-, similar al de muchos otros alimentos e inferior al de la lechuga -17 mg/100 g-, el té -83 mg/100 g- o las espinacas -779 mg/100 g. La presencia de sales orgánicas ácidas como citratos y malatos parecen justificar el que el tomate sean tan digestivo; de cualquier forma, no se debe olvidar que posee oxalatos en pequeñas cantidades, lo cual desaconseja su consumo en personas con tendencia a formar cálculos renales o con problemas de acidez gástrica.

Además, es eficaz para tratar el estreñimiento dentro de una dieta rica en fibra. En caso de estómago delicado, debido a su acidez, su consumo puede estar contraindicado, aunque dependerá de la tolerancia de cada persona. A algunas personas no les sienta bien y esto se suele manifestarse con úlceras en la boca recurrentes y eczema.

El jugo amarillo que rodea sus semillas posee propiedades anticoagulantes que pueden reducir el riesgo de aterosclerosis. Debido a su bajo contenido en sodio y su escaso contenido en grasas, se aconseja su uso en personas con enfermedades cardiovasculares o personas hipertensas. Resulta también el alimento ideal para dietas hipocalóricas, y su alto contenido en ácido fólico lo hace muy indicado en la dieta de mujeres embarazadas.

Como elegir, manipular y lavar los tomates

  • Elegiremos los tomates frescos, con la piel lisa y suave al tacto, sin reblandecimientos ni manchas en la piel ya que esto último nos indica que el producto está deteriorado.
  • Conviene comprarlo a medio madurar, porque sigue respirando –madurando- durante el almacenamiento.
  • Si se va a consumir crudo, conviene lavarlo con abundante agua y unas gotas de lavandina, para eliminar cualquier germen.
  • No necesitan condiciones especiales de conservación, aunque pueden refrigerarse. Entero, en heladera, de 6 a 8 días (a temperatura ambiente madura más rápido) y en jugo natural o triturado, se conserva un máximo de dos días.
  • Crudo no resulta apto para la congelación ya que se reblandece, aunque si se pueden guardar cocidos, guisados y en salsas.
  • Es uno de los alimentos o ingredientes más populares en el mundo, debido en parte a su versatilidad y su facilidad para combinarse bien con queso, huevos, carne y una amplia variedad de alimentos y de hierbas aromáticas.

¿Qué es el licopeno?

Los tomates constituyen una de las fuentes alimenticias más importantes de licopeno, un carotenoide que les aporta su color rojo característico.
Numerosos estudios científicos han puesto de manifiesto que el licopeno tiene propiedades antioxidantes y  consumido habitualmente en la dieta (10 o más tomas semanales de alimentos ricos en licopeno: sandía, salsa de tomate, uva rosada, pomelo rosado…), contribuye a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, en especial el de próstata, pero también en el de páncreas, pulmón y colon. Se ha de tener en cuenta que el plasma sanguíneo absorbe mejor el licopeno cuando éste procede de productos elaborados a altas temperaturas que cuando se ingiere una cantidad equivalente de tomates frescos.

Del mismo modo, la biodisponibilidad o aprovechamiento por parte de nuestro organismo del licopeno procedente del zumo de tomate procesado con calor es mayor que la del zumo de tomate crudo. Por otro lado, aunque la salsa de tomate, también sometida a calor, es una de las fuentes mejores de licopeno, resulta más efectiva cuando se consume con un poco de grasa (aceite de oliva o semillas).

La cocción o fritura potencian la presencia de este pigmento hasta el punto que mientras el tomate fresco puede contener unos 2 mg por cada 100 g y el tomate frito o la salsa de tomate contienen 25 y 6 mg, respectivamente.

El tomate contiene una serie de componentes no nutritivos, además de los licopenos, que son, la quercitina y sales orgánicas ácidas responsables en gran medida de sus propiedades saludables

El tomate potencia el sistema inmunológico
En las últimas décadas se han acumulado pruebas que avalan la existencia de una serie de acciones biológicas de los carotenoides, entre las que se incluyen, además de la actividad antioxidante, efectos beneficiosos sobre el sistema inmunológico, el control del crecimiento, la diferenciación celular y la estimulación de la comunicación intercelular. De esta forma, dichas sustancias se alzan como un importante apoyo para aliviar enfermedades carenciales y situaciones patológicas.

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