Schizandra: Tónico natural para la vitalidad

Conozca porque esta planta oriental figura entre las más destacadas de la Medicina China.

La Schizandra (Schisandra chinensis) conocida en China como “la hierba de cinco sabores” se caracteriza por el sabor amargo, algo picante y con un toque salado de sus bayas.  Está también relacionada en lo medicinal pues es una sustancia con propiedades antioxidantes que ayuda al organismo a adaptarse a las condiciones ambientales.

Se ha empleado tradicionalmente como tónico sexual masculino y femenino. Se cree que esta hierba tonifica los riñones y los órganos sexuales, protege el hígado y aumenta el rendimiento mental.

La schizandra mejora la resistencia física

La Schizandra crece en China y en algunas partes de Rusia. Numerosos estudios demuestran sus beneficios para la salud. En la mileraria medicina china se usa habitualmente, por ejemplo, para tratar el insomnio, inflamación intestinal, tos, diarrea crónica, hepatitis, neurastenia y estados de ansiedad. La Schizandra suele secarse al sol y luego ser utilizada en diversas fórmulas para mejorar la vitalidad.  Algunas bayas son refrigeradas y luego utilizadas para hacer jugos.

Schizandra muestra una destacada actividad adapto génetica, significa que es segura y no tóxica. También es un potente tónico general que disminuye la fatiga, mejora el rendimiento físico y promueve la resistencia. Reduce los niveles de las hormonas del estrés en la sangre.

Ofrece beneficios especiales para la mente. Varios estudios en humanos muestran mejora la concentración, la coordinación y la resistencia. También ayuda a prevenir la fatiga mental, aumenta la precisión y la calidad del trabajo.
Otro de sus beneficios ayuda a proteger la salud del hígado y ayuda en el tratamiento de la hepatitis. Asimismo,

• Protege al hígado.
  • Acelera el proceso de desintoxicación del sistema enzimático.
  • Mejora el rendimiento físico.
  • Astringente pulmonar.
  • Tónico del riñón.
  • Controla el insomnio
  • Tónico para desordenes de la piel
  • Posee propiedades antibacteriales y antidepresivas

Los principales componentes activos de la Schizandra son los lignanos (schizandrina, desoxischizandrina, gomisinas y pregomisina), presentes en las semillas de la fruta. La investigación china moderna indica que estos lignanos tienen un efecto protector sobre el hígado además de un efecto inmuno modulador. Además, activa la producción de glutatión, un potente antioxidante, en las células hepáticas. Estudios chinos indican también que los lignanos pueden favorecer la regeneración del tejido hepático dañado por influencias dañinas, como el virus de la hepatitis o el alcohol.

Efectos curativos de la Schizandra

La Schizandra, una planta asiática con propiedades antioxidantes. Sin percibir síntomas, su organismo se ve a diario afectado por los ataques de radicales libres que pueden resultar en irreversible daño celular, lo que traerá gradualmente diversos problemas con su salud como el envejecimiento prematuro o enfermedades debilitantes.

El fruto de la schizandra también puede tener un efecto adaptogénico (un efecto normalizante o equilibrante sobre distintos sistemas corporales), como el ginseng, pero menos potente. Las investigaciones de laboratorio sugieren que la schizandra puede mejorar el rendimiento laboral, aumentar la resistencia y ayudar a reducir la fatiga.

Unas cuantas bayas de schizandra cada día aumentan la vitalidad física y mental, así como para combatir el estrés. La schizandra se suele combinar con ginkgo para aumentar la memoria y mejorar la concentración. Gracias a sus propiedades ligeramente sedantes y antidepresivas, alivia los estados depresivos asociados a un estrés prolongado y al agotamiento mental. La schizandra añade sabor a la vida y por eso es un tónico eficaz para la falta de libido.

La schizandra mejora la salud del hígado y ayuda a metabolizar las toxinas. También es eficaz contra los desórdenes hepáticos crónicos en general, como la hepatitis viral crónica. En estos casos, toma esta hierba solamente si te lo aconseja un profesional.

Se usa como tratamiento en las infecciones respiratorias como la tos crónica, la dificultad para respirar y la respiración entrecortada. También se puede emplear para tratar la diarrea, la disentería, la pérdida de visión o audición y problemas cutáneos, como la urticaria y los eczemas.

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