Aprende a preparar leches vegetales

Aprende a preparar leches vegetales

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Las leches vegetales no se conservan más allá de las 48 horas en heladera. Foto: Amazing Almonds

Son preparaciones sencillas y económicas que se obtienen a partir de semillas y agua. Aportan gran concentración de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Lo ideal es alternar su uso y observar cómo se asimilan. Soja, almendras, arroz o avena, son algunos de los sanos ingredientes para realizar sanas combinaciones.

Para la realización de leches vegetales se requiere una licuadora, un molinillo de semillas, un colador de malla fina y un trozo de liencillo. Estas leches no se conservan más allá de 48 horas en heladera, por lo que lo ideal es consumirla dentro de las 24 horas. También se recomienda utilizar en lo posible agua filtrada o embotellada.

El endulzado siempre es opcional. Puede utilizarse miel de abejas, azúcar mascabo ó yerba dulce –stevia rebaudiana-. Lo ideal es acostumbrarse a los sabores genuinos. Estas leches pueden complementarse con jugo de frutas o verduras -manzanas, uvas, duraznos, zanahorias, apio, etc-. También puede elevarse su tenor graso con la adición de aceites vegetales prensados en frío -oliva, soja, lino, girasol, chía, sésamo-. El residuo de la elaboración de estas leches, puede utilizarse para enriquecer masas, rellenos u otras preparaciones.

Pasos fundamentales para hacer cualquier tipo de leche

El primer paso es remojar las semillas o nueces en agua por un tiempo suficiente para ablandarla. Por lo general, unas 10-24 horas serán más que suficientes. Por lo general el agua deberá ser fría o tibia. Algunas veces será caliente. Una vez ablandadas estarán listas para ser molidas, ya sea con un procesador de alimentos, con una licuadora o cualquier instrumento culinario que pueda fragmentar finamente o moler las semillas.
El segundo paso es el de usar una cantidad apropiada de semillas. Con la soya recuerde que hay unas dos mil variedades cada una de ellas pudiera darle un sabor diferente. La más comúnmente usada es la blanca. Si la mezcla se sale muy concentrada, deberá diluirla al gusto.
El tercer paso es ser creativo. Añada frutas a su gusto. Si está muy concentrado, dilúyalo. Si está muy amargo, añada frutas, miel o cualquier endulzante natural.

Recetario completo

Leche de almendras

Ingredientes: 15 almendras peladas. 1/2 litro de agua.
Preparación: Pelar las almendras y agregar el agua. Dejar 12 hs en remojo y luego licuar todo. Filtrar y endulzar.
Variante: Se pueden utilizar semillas de girasol, nueces, o mezclas.

La almendra es una de las semillas oleaginosas más nutritivas y es altamente alcalina. Contiene proteínas de alto valor biológico, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Aporta más calcio que la leche vacuna: 100g de leche de almendras aportan 252mg de este elemento. Esta leche es ideal para el sistema nervioso y muy digestiva -no produce fermentaciones-. Se aconseja para los niños, deportistas, embarazadas y madres en período de lactancia.

Leche de arroz

Ingredientes: 1 taza de arroz integral. 10 tazas de agua. 4 cucharaditas de sal marina fina.
Preparación: Lavar y tostar el arroz a fuego mínimo sin utilizar vehículo graso, hasta que se dore. Revolver con cuchara de madera. Agregar el agua y cocinar durante unas 2 horas tapado y a fuego lento. Luego filtrar y endulzar.

Leche de avena

Ingredientes: 1/2 taza de avena arrollada. 1 litro de agua.
Preparación: Mezclar la avena con el agua y llevar al fuego hasta que hierva, bajar el fuego al mínimo y cocinar 3’. Al apagar el fuego mezclar bien y dejar reposar 10’. Licuar la preparación y filtrar, exprimiendo bien el filtro.

Propiedades: Esta leche favorece el peristaltismo intestinal y actúa como un gel que suaviza las mucosas intestinales. La avena es sedante y relajante del sistema nervioso. La leche de avena puede utilizarse a nivel externo para trabajar sobre lesiones en piel, dado que es emoliente. Usar en las enfermedades eruptivas de los niños, eczemas, reacciones alérgicas. Se pueden hacer baños de inmersión poniendo la leche en la bañera, completándola con el agua. Al filtrar la leche hacer una muñeca y utilizar para aplicar sobre la piel como si fuese una esponja.

Leche de cereales -Kokoh-

Se usa habitualmente en la escuela macrobiótica. Hay dos fórmulas principales:

Receta 1:

  • 35 % arroz integral yamaní
  • 60 % arroz moti integral
  • 5 % semillas de sésamo blanco

Receta 2:

  • 55% arroz integral yamaní
  • 25 % arroz moti integral
  • 15 % avena arrollada
  • 5 % semillas de sésamo blanco

Preparación: Tostar los ingredientes en una sartén a fuego mínimo sin utilizar ningún vehículo graso, hasta que se doren. Revolver cada tanto con una cuchara de madera. Mezclar y moler los ingredientes tostados hasta obtener un polvillo fino. Para preparar la leche usar 1 cucharadita y media de polvo en tres cuartos taza de agua la primer semana, para llegar luego a 1 cucharada por cada ¾ taza de agua. Cocinar la leche mezclando bien durante la cocción que se realiza a temperatura media hasta lograr la consistencia deseada -mínimo 20 minutos-. Filtrar.

Leche de lino

Ingredientes: 1 taza de semillas de lino. 1 litro de agua.
Preparación: Pasar las semillas por un molinillo y luego licuar con el agua. Dejar reposar 2 a 3 horas, filtrar y endulzar.

Es una leche altamente nutritiva y proteica. Aporta ácidos grasos esenciales, sobre todo los imprescindibles Omega 3. Ideal para trastornos intestinales y constipación. Sus mucílagos son una óptima nutrición para la flora intestinal y para proteger las mucosas.

Leche de Quinoa

Ingredientes: 2 cucharadas de Quinoa. 1 taza y media de agua caliente.
Preparación: Remojar el grano al menos dos horas. Llevar a hervor y cocinar a fuego mínimo unos minutos. Colar con un lienzo y endulzar si es necesario.

Esta leche es utilizada en los países andinos para alimentar a los bebés. No causa alergias y es muy alcalina y proteica.

Leche de Sésamo

Ingredientes: ¼ de taza de semillas de sésamo integral. ½ litro de agua.
Preparación: Moler las semillas en un molinillo. Agregarles el agua y licuar bien ambos ingredientes. Dejar macerar unas tres horas, luego filtrar y endulzar. Otro sistema para obtener leche de sésamo consiste en mezclar en licuadora una taza de manteca de sésamo -tahin- con dos tazas de agua.

Las semillas de sésamo son muy ricas en ácidos grasos esenciales, lecitina, minerales y vitaminas. La lecitina es una grasa fosforada y un nutriente de las células cerebrales. La leche de sésamo tiene más calcio que la leche vacuna: 100g de semillas de sésamo sin tostar contienen 1.125mg de calcio, mientras que dos vasos de leche vacuna contienen sólo 500mg.

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